viernes, 7 de septiembre de 2012

Hello Again

A mí también me gustaría que Warhol fuese mi camarero, aunque por lo que se puede apreciar lo de poner copas no es lo suyo precisamente. En cambio, seguramente sería un interlocutor estupendo, siempre dispuesto a reflexiones interesantes. Hablaríamos de arte y él acabaría harto de impertinentes pretenciosos como yo que subliman la actividad artística para esconder su mediocridad y desconocimiento. Eso si, lo haría con una sonrisa amable. Porque es conocedor y trabajador del tema, se lo toma muy en serio y no se le ocurre confundirlo con aspiraciones más o menos espirituales. Es que es su trabajo y respeta lo que hace. También es un icono, y eso no sé como lo lleva. Seguro que alguien ya se lo preguntó. The Cars también fueron un icono en su momento, abanderados de esa new wave americana que fusionaba el rock patrio más ortodoxo con toques pop y sonidos modernos. Modernos al menos para aquel entonces, en que las chicas lucían curvas generosas y cardados inacabables con altas dosis de descaro y frivolidad. Aquella new wave del otro lado del charco tuvo su momento de gloria en las masas que se rendían a la banda de Rick Okasek y que tenían un extremo en bandas como The Romantics y el otro en formaciones más respetables en mi opinión, como The Records o Rockpile. En fin, a mi nunca me acabó de convencer esta vertiente USA del asunto, pero esa es otra historia impertinente.

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